El esperado combate entre Saúl “Canelo” Álvarez y el cubano William Scull ha generado una fuerte ola de críticas, y no solo entre los aficionados. Mauricio Sulaimán, presidente del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), no se contuvo al calificar el enfrentamiento como “vergonzoso”, señalando directamente la actitud pasiva de Scull y la falta de emoción en el cuadrilátero.
“No se tiraron golpes”
En declaraciones a medios especializados, Sulaimán expresó su decepción por el espectáculo ofrecido, afirmando que fue una pelea sin entrega, sin riesgos y sin emoción real. “No se tiraron golpes”, dijo, dejando claro que un combate de ese nivel debe ofrecer mucho más al público y al deporte.
El evento, que tuvo lugar en Arabia Saudita, fue parte del esfuerzo del Canelo por mantener su estatus como campeón indiscutible en el peso supermediano, sumando el cinturón de la FIB al de la AMB, CMB y OMB. Sin embargo, el sabor de la victoria se vio empañado por la pobre actuación de su rival, que optó por un estilo ultra defensivo, sin asumir riesgos, y casi sin lanzar ofensiva real.
¿Un problema del rival o del espectáculo?
La crítica no va dirigida al Canelo como boxeador, sino a la naturaleza del combate, que para muchos dejó mucho que desear. El público, que pagó entradas elevadas y esperó con grandes expectativas el evento, se encontró con una pelea lenta, sin drama y con escaso intercambio.
La importancia de la emoción en el boxeo
Este tipo de peleas pone sobre la mesa un tema importante: ¿hasta qué punto el boxeo debe ser espectáculo y no solo técnica? Para muchos, la emoción y la entrega son esenciales en un deporte que vive de su conexión con el público.
