A 42 metros bajo la superficie del lago Qiandao, en la provincia de Zhejiang, yace una antigua metrópolis que parece detenida en el tiempo. Shi Cheng, conocida como la “Ciudad León”, es una ciudad de más de siete siglos que sorprende por conservar intacta su arquitectura y detalles ornamentales, desafiando el paso de los años y el agua que la cubre.
Un pasado sumergido, pero no olvidado
Shi Cheng fue habitada durante las dinastías Ming y Qing, desde 1368 hasta principios del siglo XX, y llegó a albergar a unas 300,000 personas. En 1959, la ciudad fue inundada de manera intencional debido a la construcción de la represa Xin’an, parte de un proyecto hidroeléctrico que transformó la región. Esta decisión implicó la reubicación forzada de cientos de miles de habitantes y significó la pérdida de una joya cultural invaluable para China.
Un redescubrimiento sorprendente
Pasaron más de 40 años hasta que en 2001, una expedición organizada por el gobierno chino reveló lo que el lago había escondido: una ciudad perfectamente conservada bajo el agua. Qiu Feng, funcionario y buzo, fue uno de los primeros en explorar Shi Cheng y describió la experiencia como única. Murallas, puertas con torres, escaleras, murales y calles adornadas con esculturas de leones, dragones y aves fénix permanecen intactas, como si el tiempo se hubiera detenido.
Un tesoro cultural y turístico
Desde su redescubrimiento, Shi Cheng se ha convertido en un objeto de estudio para arqueólogos y una atracción fascinante para buzos de todo el mundo. Para quienes buscan una experiencia única, existen operadores especializados que ofrecen inmersiones guiadas, permitiendo explorar esta ciudad sumergida que parece salida de una película de ciencia ficción. Rodeada de más de mil islas en el lago Qiandao, Shi Cheng invita a descubrir la historia desde una perspectiva completamente nueva.
Más allá de la leyenda: Historia real vs. mito
A diferencia de la Atlántida, cuya existencia es un mito envuelto en leyendas sobre catástrofes divinas, Shi Cheng es un testimonio real de cómo la ingeniería y la modernidad modificaron para siempre el paisaje y la historia de China. Su conservación bajo el agua ofrece una ventana invaluable para comprender siglos de arquitectura, cultura y vida comunitaria que resistieron la inundación y el olvido.
Shi Cheng es mucho más que una ciudad sumergida; es un puente entre el pasado y el presente, una cápsula del tiempo que sigue guardando secretos y maravillas esperando ser descubiertos.
