En la Ciudad de México, un fenómeno alarmante va en aumento y afecta directamente a miles de familias: el robo de perros ha crecido un 125 % en los últimos doce años, según datos oficiales. Esta tendencia preocupa tanto a tutores de mascotas como a activistas por el bienestar animal, ya que pone en riesgo la seguridad de animales de compañía y la estabilidad emocional de sus dueños.

🐾 ¿Por qué los están robando?
Las principales razones detrás de estos robos son:
- Venta ilegal: muchos perros, sobre todo los de raza, son revendidos sin escrúpulos en mercados informales o a través de redes sociales.
- Cruza clandestina: algunos son usados para reproducción en criaderos ilegales.
- Extorsión emocional: en casos extremos, los delincuentes piden rescates por el animal robado.
Razas como el chihuahua, pug, french poodle, labrador y bulldog están entre las más afectadas. Los robos suelen ocurrir en parques, tianguis, afueras de veterinarias o incluso en casas particulares.
⚠️ ¿Qué hacer para prevenir?
- Microchip obligatorio: aunque no todos lo usan, este sistema de identificación puede facilitar la localización de mascotas.
- Evita dejarlos solos: nunca los dejes amarrados fuera de tiendas o sin supervisión.
- Denuncia siempre: aunque aún no existe una figura legal específica para el robo de mascotas, se puede denunciar como hurto.
📣 ¿Y la ley?
Actualmente, el robo de mascotas no está tipificado como delito autónomo en la mayoría de los códigos penales estatales, lo que complica su persecución. Diversas organizaciones animalistas ya están presionando por reformas que reconozcan a los animales como seres sintientes con derechos y protección jurídica especial.
🙋🏽♀️ ¿Qué podemos hacer como sociedad?
- Crear conciencia: compartir estas situaciones ayuda a que más personas tomen precauciones.
- Apoyar leyes de protección animal.
- Adoptar responsablemente, y evitar comprar en lugares sin registro legal.
🐶💔 Porque no son cosas, son familia
El incremento del robo de mascotas en la capital es una llamada de atención: debemos reforzar la empatía, exigir justicia y cuidar más que nunca a quienes no pueden defenderse por sí solos. Las mascotas no son objetos: son parte de nuestra familia.