Durante una reciente entrevista, los especialistas MVZ Raúl Ocadiz y Alejandra Rodríguez compartieron valiosa información sobre la crianza del ajolote en cautiverio, una especie emblemática de México cuyo nombre en náhuatl, axolotl, significa “monstruo del agua”.
Para mantener a un solo ajolote de forma adecuada, se recomienda un acuario de al menos 40 litros con agua limpia y bien oxigenada. Contrario a la creencia popular, no pueden vivir en agua sucia. Además, requieren temperaturas frías, entre 15 y 17 grados centígrados, ya que su metabolismo es lento y se adapta mejor a ambientes frescos.
En cuanto a su alimentación, el ajolote es un cazador sigiloso y efectivo. Detecta el movimiento de pequeñas presas en el agua y las atrapa con rapidez. Su dieta puede incluir tubifex, filete crudo de tilapia y alimentos especiales deshidratados. Es fundamental variar su alimentación debido a su digestión lenta.
Este anfibio posee una forma de respiración única: cuenta con branquias externas, pulmón y respiración cutánea, lo que lo convierte en una especie muy adaptable, aunque depende del agua limpia y bien oxigenada para sobrevivir.
Actualmente, el ajolote está en peligro crítico de extinción. Las principales amenazas son la contaminación de su hábitat, el crecimiento urbano y la introducción de especies invasoras en los canales de Xochimilco, su ecosistema natural. Su presencia en cautiverio es clave para su conservación, ya que permite preservar la especie, generar conciencia ambiental y apoyar investigaciones científicas sobre su increíble capacidad de regeneración.
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