Sumar un perro a la familia requiere una elección informada para garantizar su bienestar. Una de las razas menos comunes pero encantadoras es el Otterhound, conocido por su naturaleza amigable y su amor por el aire libre.
Originario del siglo XII en Inglaterra, este sabueso se crió para cazar nutrias gracias a su pelaje impermeable y su capacidad para trabajar en el agua. Con machos que alcanzan los 69 cm de altura y hasta 54 kg, son ideales para familias activas. Aunque son juguetones, su tamaño requiere precaución con niños pequeños para evitar accidentes.
Actualmente, el Otterhound es una raza protegida y vulnerable, pero sigue siendo una excelente compañía para quienes buscan un perro enérgico y leal.