Por Sharon Oropeza.
La Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) aplaudió la reciente disculpa pública ofrecida por la presidenta Claudia Sheinbaum en relación con la masacre de Tlatelolco, ocurrida el 2 de octubre de 1968. Este evento, que marcó un antes y un después en la historia de México, sigue siendo un símbolo de la lucha por la libertad y los derechos humanos.
A través de un comunicado en su cuenta oficial de X (anteriormente Twitter), la ONU-DH destacó la importancia de que en una fecha tan significativa para el país, Sheinbaum haya centrado su primera conferencia presidencial en este tema tan relevante. La disculpa pública, según el organismo, no solo es un acto de reconocimiento de los crímenes cometidos durante el operativo militar en la Plaza de las Tres Culturas, sino también un compromiso hacia el futuro, promoviendo la memoria histórica, el reconocimiento y, sobre todo, la no repetición de violaciones a los derechos humanos.
El decreto emitido por la presidenta, que establece acciones concretas para preservar la memoria de lo ocurrido en 1968, fue recibido positivamente por la ONU-DH, que también resaltó la necesidad de seguir avanzando en la búsqueda de verdad y justicia para las víctimas y sus familias. Según el organismo internacional, es crucial que el Estado mexicano honre los anhelos libertarios de aquella generación que fue duramente reprimida, garantizando que hechos similares no se repitan en el futuro.
Con este acto, el gobierno mexicano refuerza su compromiso con la reparación histórica, reconociendo la deuda que tiene con las víctimas de ese trágico día y enviando un mensaje claro de que las violaciones a los derechos humanos no serán olvidadas ni ignoradas.
