Por Sofia Swindall
Un nuevo estudio publicado en BMJ Oncology ha revelado un alarmante incremento del 79.1% en la incidencia de cáncer en adultos menores de 50 años entre 1990 y 2019. Este aumento significativo se ha visto acompañado de un 27.7% de incremento en las muertes atribuidas a esta enfermedad en el mismo período.
El informe destaca que en 2019, 3.26 millones de adultos jóvenes fueron diagnosticados con cáncer, resultando en 1.06 millones de muertes. Entre los tipos de cáncer más comunes, se encuentra el cáncer de mama temprano, con una incidencia de 13.7 casos por cada 100,000 personas y una mortalidad de 3.5 por cada 100,000. El cáncer colorrectal y el cáncer de tráquea, bronquios y pulmón también muestran altas tasas de años de vida ajustados por discapacidad (DALYs), destacando el último por su elevada mortalidad.
Particularmente preocupante es el aumento del cáncer colorrectal, que ha mostrado un crecimiento anual de 2-4% desde los años 90, especialmente en personas menores de 50 años. También se han registrado aumentos en los diagnósticos de cáncer de páncreas en personas de 40 años, un patrón que anteriormente era más frecuente en adultos mayores de 65 años. En Asia, el cáncer de mama ha visto un crecimiento notable, pasando de 4.9 a 13.1 casos por cada 100,000 personas entre 1990 y 2019.
Los factores de riesgo principales asociados con este aumento incluyen dietas ricas en carnes rojas y sodio, y bajas en frutas, así como el consumo de alcohol, el tabaquismo, la obesidad y el sedentarismo. Estas variables están vinculadas a un mayor riesgo de desarrollar varios tipos de cáncer, incluidos los de pulmón y colorrectal.
Las proyecciones son igualmente preocupantes. Se estima que, para 2030, la incidencia de cáncer en adultos jóvenes aumentará un 31%, y las muertes un 21%. Además, se ha observado que los diagnósticos tardíos son comunes en este grupo de edad, con un retraso aproximado de seis meses en comparación con adultos mayores, lo que podría contribuir a una mayor agresividad de los tumores.
Ante esta alarmante situación, la comunidad médica hace un llamado urgente para aumentar la concienciación y educación sobre los síntomas del cáncer en la población joven, ajustando las estrategias de cribado y prevención para abordar este creciente problema de salud.