Por Dayana Mendizabal
Compostela, Pueblo Mágico de significado “campo de estrellas”, es una joya histórica que revela la riqueza de su pasado a través de sus calles coloniales y su entorno natural cautivador. Fundado por la colonia española y el Vaticano, este lugar lleva consigo un nombre glorioso e inmortal: Santiago de Compostela, otorgado por la reina Juana de Castilla.
Ubicado en Nayarit, Compostela es un testimonio vivo de la fusión de culturas, desde la presencia de los pueblos náhuatl precolombinos hasta la llegada de los conquistadores. Después de épocas de abusos y revueltas, finalmente, en 1549, con la creación de una Audiencia y un Obispado, las relaciones sociales se consolidaron.
Nombrado Pueblo Mágico en 2018, Compostela se erige como un destino que abraza el mar, la sierra y la esencia de su pueblo. La región cafetalera destaca por su artesanía en la producción de café, mientras que los sabores locales como el pescado zarandeado, el ceviche y la sopa de ostión invitan a deleitar el paladar.
Con alturas de 190 metros sobre el nivel del mar, el clima semicálido y húmedo de Compostela, junto con su vegetación semitropical y boscosa en la parte serrana, crea un ambiente idílico. Forma parte del programa Pueblos Mágicos desde 2018.
Entre sus atractivos se encuentran la Alberca El Molino, la Casa de la Cultura, la Ex Hacienda de Miravalles, la Isla del Coral y el Museo de Compostela. Los talleres artesanales de talabartería, puros y café ofrecen recuerdos únicos del viaje.
Las festividades, como las Fiestas del Señor de la Misericordia y la Romería Señorial, celebran la identidad y tradiciones locales. A tan solo minutos de Tepic, Puerto Vallarta y Guadalajara, Compostela se presenta como un destino que fusiona su rica historia con la magia del presente.
