Por Kathya Contreras
El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela, dirigido por magistrados cercanos al chavismo, ratificó este jueves los resultados de las elecciones presidenciales del 28 de julio, que proclamaron a Nicolás Maduro como ganador. Caryslia Rodríguez, presidenta del TSJ y figura prominente del chavismo, validó oficialmente el proceso electoral, a pesar de las acusaciones de fraude que han surgido tanto a nivel nacional como internacional.
“La Sala Electoral convalida los resultados de la elección presidencial del 28 de julio emitidos por el Consejo Nacional Electoral (CNE)”, anunció Rodríguez durante una conferencia en la que participaron altos funcionarios del Estado y representantes diplomáticos. La sentencia del TSJ se basa en un informe elaborado por expertos cuyo proceso de revisión y detalles se mantienen confidenciales.
La decisión del TSJ ha sido ampliamente criticada por la oposición venezolana. Edmundo González Urrutia, candidato de la mayor coalición opositora, la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), señaló que el fallo del tribunal profundizará la crisis política en Venezuela. González Urrutia sostuvo que su candidatura ganó por un amplio margen, apoyando su afirmación con la publicación del 83.5% de las actas electorales. Sin embargo, el Consejo Nacional Electoral proclamó a Maduro como ganador sin publicar los resultados desglosados, lo que ha suscitado críticas en la comunidad internacional.
Reacción de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD)
Edmundo González Urrutia, abanderado de la PUD, expresó su rechazo al fallo del TSJ a través de un mensaje en la red social X, afirmando que “la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo” y que “los órganos del Estado emanan de la soberanía popular”. González Urrutia y diversos organismos nacionales e internacionales han respaldado la afirmación de que él fue el verdadero ganador de las elecciones.
La falta de transparencia en el proceso electoral y la decisión del TSJ continúan siendo puntos de conflicto en Venezuela, mientras la comunidad internacional observa de cerca el desarrollo de la situación política en el país.