Moluscos del mar: Cómo distinguir entre ostiones, ostras, almejas y mejillones (y disfrutarlos al máximo)

Conoce las diferencias esenciales entre los moluscos más populares

Si alguna vez te has preguntado cómo diferenciar entre una ostra y un ostión, o qué hace única a una almeja frente a un mejillón, aquí tienes una guía práctica (y sabrosa) para no confundirte entre estos populares habitantes del mar.

¿Qué son los moluscos bivalvos?

Dentro del amplio universo marino, los moluscos son criaturas invertebradas de cuerpo blando, muchas veces resguardadas por conchas que les sirven como armadura natural. Según Larousse Cocina, existen varias familias: los gasterópodos, que tienen conchas en espiral; los cefalópodos, como los pulpos y calamares, con tentáculos y sin concha externa; y los bivalvos, que son los que nos interesan aquí.

Estos últimos se caracterizan por tener dos conchas unidas por una bisagra. Aunque a simple vista puedan parecer similares, cada especie tiene su propia personalidad, desde el sabor hasta su textura y forma de vida. Los más conocidos en nuestras mesas son: ostiones, ostras, almejas y mejillones.

Ostiones: carnosos, salinos y llenos de sabor

Los ostiones tienen conchas alargadas y rugosas, de tonos grises, parecidas a un abanico. Su hogar habitual son las bahías, lagunas y estuarios, donde se aferran a rocas en aguas poco profundas. Son una fuente potente de proteínas y Omega-3, incluso más que la carne o los lácteos.

En la cocina, brillan tanto crudos como cocinados: a la parrilla, ahumados, fritos o en recetas icónicas como los ostiones a la Rockefeller. Su carne es jugosa, con un sabor salado y un sutil matiz metálico.

Almejas: suaves, dulces y versátiles

Redondeadas y de superficie lisa, las almejas viven enterradas bajo la arena en ríos y zonas costeras. Su color y tamaño varían: las mediterráneas son pequeñas y grisáceas, mientras que las mexicanas son más grandes, con conchas ocres o marrones.

Su sabor es dulce y su carne, tierna con un toque elástico. Son ideales en preparaciones como almejas al vino blanco, al ajillo o en la clásica clam chowder. Antes de cocinarlas, es importante lavarlas bien y descartar las que no se abran durante la cocción.

Ostras: textura firme y un gusto mineral

A diferencia de los ostiones, las ostras presentan una concha desigual: una valva es más grande que la otra. Se crían en aguas saladas y profundas, a más de 30 metros, formando bancos densos.

Estas joyas del mar destacan por su riqueza en zinc, hierro, calcio y Omega-3. Su sabor es mineral y salino, con matices dulces, y su textura puede sentirse algo viscosa, pero firme. Aunque muchos las prefieren crudas, su consumo ideal es cocinado, en platos como paella, po’boy de ostras o en preparaciones al estilo italiano como la piccata.

Mejillones: pequeños, sabrosos y llenos de nutrientes

Los mejillones son fácilmente reconocibles por su concha delgada y oblonga, en colores que van del azul oscuro al negro. Se agrupan en las costas y suelen venderse vivos, por lo que deben estar cerrados y húmedos al momento de comprarlos.

Su carne es firme, con un sabor dulce y mineral. Además de ser ricos en hierro, yodo y ácidos grasos Omega-3, son muy apreciados en la gastronomía europea. Algunos clásicos: mejillones al vapor estilo belga, a la marinera o al vino blanco.

Consejos finales para disfrutar los bivalvos

Todos estos moluscos deben manipularse con cuidado: es fundamental asegurarse de que estén frescos, en buen estado y bien cocinados (a menos que sepas exactamente cómo y cuándo consumirlos crudos). Una buena preparación no solo resalta sus sabores únicos, sino que también evita riesgos para la salud.

Con esta guía ya puedes identificar mejor qué estás comiendo y elegir con confianza en el restaurante o mercado. Y lo más importante: disfrutar con todo el sabor que solo el mar puede ofrecer.

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