PERSPECTIVA Y PODER
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Alejandra López Martínez
El influencer Rodolfo “Fofo” Márquez, conocido por exhibir su vida de excesos en redes sociales, fue sentenciado a 17 años y seis meses de prisión por intento de feminicidio. La condena ha causado revuelo no solo por tratarse de una figura mediática, sino porque genera una duda: ¿es suficiente una sentencia ejemplar para cambiar la realidad de miles de mujeres que viven bajo la amenaza constante de la violencia?
El caso de Fofo Márquez ocurrió en el Estado de México, una entidad que durante años encabezó las cifras de feminicidios y agresiones contra mujeres. Si bien en 2024 la incidencia de este delito registró una disminución del 17.9 % en el estado (superado ahora por Nuevo León), la violencia sigue siendo una de las principales amenazas para las mujeres en el país.
La agresión de Fofo fue contra una mujer adulta, a la que no conocía y a quien superaba en altura, tamaño y fuerza. Además, ocurrió tras un choque menor entre autos, lo que demuestra cómo cualquier incidente puede derivar en un acto extremo de violencia cuando existe una cultura de impunidad y misoginia. En muchos casos, las agresiones a mujeres no son producto de un conflicto premeditado, sino de la percepción de que pueden ser violentadas sin consecuencias.
Uno de los aspectos más preocupantes de este caso es la forma en que el sistema judicial clasifica este tipo de delitos. En México, la tipificación del intento de feminicidio aún se encuentra en una zona gris: muchas agresiones que claramente tienen la intención de terminar con la vida de una mujer son catalogadas como “lesiones dolosas” o incluso “violencia familiar”, reduciendo significativamente la pena para los agresores y dejando a las víctimas y a sus dependientes económicos en un estado de vulnerabilidad. Las sobrevivientes a un intento de feminicidio quedan marcadas física, psicológica y económicamente, y es difícil para ellas seguir con normalidad su vida. Sin embargo, la reparación del daño en estos casos suele ser inexistente. No hay un mecanismo eficaz que garantice que las víctimas reciban apoyo económico, psicológico y médico tras un ataque que pudo haberles costado la vida.
La condena de Fofo Márquez demuestra que, en algunos casos, la justicia sí puede operar de manera efectiva. Sin embargo, no podemos depender de que todos los casos tengan la misma visibilidad mediática para obtener una sentencia. La gran mayoría de agresores no son influencers con millones de seguidores, sino hombres comunes que violentan a sus parejas, exparejas o mujeres desconocidas en las calles sin que sus actos tengan repercusiones legales.
México necesita avanzar en tres aspectos fundamentales para combatir la violencia de género de manera efectiva: la tipificación de la tentativa de feminicidio en todo el país, la integración de la perspectiva de género en los juicios y aumentar las medidas de prevención y erradicación de la violencia de género. Sin esto, seguirá habiendo más “Fofos” que queden impunes por no tener el foco mediático.