Familiares de las 11 personas desaparecidas y asesinadas en Chilpancingo, Guerrero, sur de México, exigieron justicia y responsabilizaron a los gobiernos federal y estatal por la trágica pérdida, clamando para que el caso no sea cerrado. Este sábado, en el poblado de Chautipan, en medio de una desgarradora escena de dolor y consternación, se llevaron a cabo los funerales de las víctimas: cuatro menores, dos mujeres y cinco hombres, cuyos cuerpos fueron encontrados el pasado miércoles en un vehículo abandonado.
Bajo un cielo gris y rodeados de flores, los habitantes del lugar despiden a sus seres queridos con un profundo sentimiento de tristeza y miedo, mientras la angustia persiste por los seis hombres aún desaparecidos, todos ellos comerciantes de utensilios de cocina que habían salido de su comunidad a finales de octubre.
María del Socorro Barrera Millán, quien perdió a cuatro hermanos, de los cuales solo el cuerpo de Ángel, de 14 años, ha sido recuperado, hizo un llamado desesperado a la presidenta Claudia Sheinbaum para que no permita que el caso sea olvidado y que las autoridades intensifiquen la búsqueda. “Yo le pido a Claudia que no cierre el caso mientras los encuentran. Que el Gobierno nos apoye, que no nos vayan a dejar”, suplicó.
La tragedia ha despertado el enojo de la comunidad, que también ha señalado a la gobernadora Evelyn Salgado por su lenta respuesta en la búsqueda, así como a la Fiscalía Estatal, a la que acusan de un mal manejo en la escena del crimen. “El gobierno tiene mucha tecnología para encontrarlos, pero no actuó rápido”, lamentó uno de los habitantes, quien pidió permanecer en el anonimato.
Confiando aún en la aparición de sus familiares, la comunidad sepultará este sábado a las víctimas, mientras se exige que las investigaciones lleguen hasta las últimas consecuencias.