Un nuevo estudio publicado por investigadores del Instituto de Nutrición y Salud Pública ha revelado que aumentar la ingesta de alimentos ricos en fibra podría tener un impacto directo en la esperanza de vida. Según los datos analizados durante más de 10 años en miles de participantes, aquellas personas que incluían al menos 25 a 30 gramos de fibra al día mostraron una menor incidencia de enfermedades crónicas como diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas e incluso ciertos tipos de cáncer.
La fibra, presente en frutas, verduras, cereales integrales, legumbres y frutos secos, actúa como un regulador natural del metabolismo y favorece el equilibrio del microbioma intestinal. Estos efectos, sostienen los expertos, podrían estar estrechamente relacionados con una mayor longevidad y una mejor calidad de vida en etapas avanzadas de la edad.“La clave no está en dietas extremas, sino en pequeños cambios sostenidos. Aumentar el consumo de fibra es una estrategia sencilla, accesible y altamente eficaz”, afirmó la doctora Elena Ruiz, líder del estudio.Los investigadores recalcan que no se trata de una solución milagrosa, sino de una pieza esencial dentro de un estilo de vida saludable que incluye actividad física y descanso adecuado.
