Por Dayana Mendizabal
La violencia vicaria es una forma de violencia de género que involucra a los hijos e hijas de las mujeres víctimas, siendo utilizados como instrumento para causarle daño y sufrimiento a la madre. Esta forma de violencia, reconocida por la Ley Orgánica 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, se manifiesta a través de amenazas, insultos, manipulación emocional y hasta el asesinato de los hijos e hijas por parte del agresor para infligir dolor a la mujer.
Esta cruel manifestación de la violencia de género ha dejado un impacto devastador en numerosas familias, con 57 niños y niñas asesinados desde 2013 como resultado directo de esta violencia. Las amenazas de llevarse a los hijos e hijas, insultos hacia la madre en presencia de los niños, la interrupción de tratamientos médicos y la manipulación durante los regímenes de visitas son algunas de las formas en que se manifiesta esta violencia.
Aunque todas las formas de violencia de género son atroces, la violencia vicaria se destaca por su extremada crueldad, ya que el agresor conoce el profundo sufrimiento que causará tanto a la madre como a los hijos e hijas. Esta violencia deja cicatrices emocionales irreparables y afecta a múltiples víctimas, convirtiéndola en una de las formas más desgarradoras de violencia de género.
