Por Dayana Mendizabal
Val Kilmer, nacido el 31 de diciembre de 1959 en Los Ángeles, California, es un actor estadounidense cuya carrera ha dejado una huella significativa en la industria del cine. Conocido por una amplia gama de papeles, desde el piloto “Iceman” en Top Gun hasta el icónico Jim Morrison en The Doors, Kilmer ha demostrado su versatilidad en la pantalla grande.
Biografía:
Hijo de un agente inmobiliario, Kilmer se destacó desde joven, ingresando a la prestigiosa Julliard School a los dieciséis años. Su salto a la popularidad llegó con su actuación en la obra de Broadway Slab Boys, compartiendo escenario con Kevin Bacon y Sean Penn. Su carrera abarca desde comedias como Top Secret! hasta dramas como Heat, donde actuó junto a Robert De Niro y Al Pacino.
Matrimonio y Carrera:
En 1988, contrajo matrimonio con la actriz Joanne Whalley, con quien compartió créditos en películas como Willow y Kill Me Again. A pesar de su divorcio en 1996, Kilmer continuó protagonizando papeles destacados en los años 90, incluido su papel como Batman en Batman Forever (1995) y en El Santo (1997).
Carrera Posterior:
A lo largo de los años 2000, Kilmer participó en proyectos diversos, desde interpretar a John Holmes en Wonderland hasta encarnar a Filipo II de Macedonia en Alejandro Magno (2004). En 2005, recibió elogios por su actuación en Kiss Kiss Bang Bang, junto a Robert Downey Jr.
Desafíos Personales:
A lo largo de su vida, Kilmer ha enfrentado desafíos personales, incluido un diagnóstico de cáncer de laringe en 2015. Aunque en su momento negó la enfermedad, más tarde confirmó la lucha y atribuyó su recuperación a la fe, mencionando que “rezar fue mi tratamiento”.
Regreso a la Pantalla:
Después de un período de lucha contra la enfermedad, Val Kilmer confirmó su regreso al papel de “Iceman” en Top Gun: Maverick, la esperada secuela de Top Gun, lanzada en 2022.
La vida y carrera de Val Kilmer no solo están marcadas por sus logros en la actuación, sino también por su valentía ante los desafíos personales, demostrando que la resiliencia y la fe pueden ser fundamentales en la superación de adversidades.
