El sexo es probablemente de las actividades humanas que mas placer nos puede otorgar, ya sea en autoerotización como en pareja o en grupo, siempre y cuando estemos de confianza, con deseo, es probable que todo fluya con intensidad y placer
Sin embargo, en algunas mujeres puede suceder que se de una contracción involuntaria de los músculos que rodean el tercio inferior de la vagina condición conocida como vaginismo. Es una disfunción sexual femenina que actualmente está clasificada como un trastorno de dolor en la penetración. La contracción se da como una respuesta refleja e involuntaria al intento de la penetración y puede impedir o hacer muy dolorosa la relación sexual, la inserción de tampones o la realización de exámenes ginecológicos. Esta contracción provoca estrechez de la vagina, mucho dolor, y dificultades físicas y emocionales, así como problemas en las relaciones de pareja.
Es común que los síntomas que con mayor frecuencia se reportan son:
- Dolor ante la penetración: sea esta la colocación de un tampón, copa menstrual, óvulos vaginales, la inserción de un dedo o del sexo de su compañero sexual o pareja
- Dificultad para realizar exámenes ginecológicos, los cuales generan alto nivel de dolor o incomodidad.
- Espasmos musculares en otras zonas como piernas o zonas lumbares
Puede ser que sea una condición primaria: esto significa que la mujer nunca ha podido mantener ninguna relación sexual con penetración o una condición secundaria: la mujer había podido con anterioridad tener relaciones sexuales o revisiones ginecológicas, y de repente ya no puede hacerlo.
La mayoría de las causas del trastorno por dolor en la penetración o vaginismo son psicológicas, encontrando en la mayoría de las historias que las mujeres que padecen de esta condición sufrieron de experiencias de violencia sexual en su infancia, adolescencia o en su vida adulta. Este tipo de experiencias traumáticas puede llevar a que algunas mujeres tengan reacciones de esta naturaleza. Pareciera que el cuerpo sigue sintiéndose amenazado ante cualquier acercamiento sin poder diferenciar que esa experiencia traumática ya no esta sucediendo más.
Otros motivos que se han encontrado en mujeres que sufren trastorno de dolor en la penetración son un miedo muy intenso debido a la falta de información sexual, miedo al embarazo, temor a contraer enfermedades de trasmisión sexual, etc.
El vaginismo tiene grados de intensidad que empieza con el espasmo en el suelo pélvico hasta una contractura severa con tensión en las piernas y nalgas, náuseas, vómito, sudoración, hiperventilación, palpitaciones, hasta la pérdida de conocimiento
En el vaginismo secundario se han encontrado además de las anteriores, causas físicas como traumas durante el parto, secuelas de un aborto, o infecciones vaginales que produjeron dolor y que se tiene miedo de volver a sentirlas.
También puede reconocerse un vaginismo circunstancial, este implica que no se puedan llevar a cabo las relaciones sexuales, pero si los exámenes ginecológicos o el poner un tampón, o al revés. Esto significa que la contractura solo ocurre en ciertas ocasiones.
El tratamiento al trastorno de dolor en la penetración debe ser multidisciplinario, donde se incluya un profesional en la sexología, un médico, y un psicoterapeuta especializado en la atención al trauma sexual. Es recomendable que el vaginismo se trate tanto física como emocionalmente
Es importante distinguir que en el vaginismo la mujer que lo padece puede sentir deseo y excitación, solo cuando intenta que suceda la penetración es cuando ésta se impide y puede volverse doloroso e incómodo. Y entonces la mujer que padece esta disfunción sexual puede volverse ansiosa con las relaciones sexuales, hasta que intente evitar que sucedan, y esto puede contribuir a que se generen conflictos de pareja.
Ninguna mujer debería sentirse con dolor en la penetración, las causas pueden ser atendidas con especialistas que brinden educación y asesorías, ejercicios de control del piso pélvico, trabajo con las experiencias traumáticas, realizar entrenamiento paulatino para la inserción o dilatación de la vagina.
La realidad es que no se sabe con certeza la verdadera frecuencia de esta disfunción sexual, ya que muchas mujeres se quedan calladas ante esta condición. Lo cual termina afectando más la vida de las mujeres, contribuyendo a deteriorar la calidad de vida.
El dolor es una señal de que algo no esta bien. Y el dolor por un espasmo o contracción en la zona genital es un indicador de algo que debe y puede atenderse y curarse. Recibir información es fundamental para poder tomar decisiones acerca de atender esta condición y mejorar la calidad de vida, superar los traumas y tener una vida sexual saludable.
Recuerda: “la salud mental es tan importante como la salud física”.
“Si no te cuidas a ti misma
¿quién lo hará?”
Virginia Wolf