Por Dayana Mendizabal
Las devastadoras llamas que consumen el Amazonas han puesto de manifiesto la urgencia de abordar las amenazas que enfrentan las especies emblemáticas de nuestra biodiversidad, entre ellas el Guacamayo Verde, también conocido como guacamayo militar. Este majestuoso ave, cuyo hábitat natural está siendo diezmado, se encuentra al borde de la extinción debido a dos principales enemigos: la deforestación y el mascotismo.
El Guacamayo Verde, con su plumaje vibrante y su pico encantador, ha caído víctima del comercio ilegal, alimentando la demanda de aquellos que no titubean en arrebatar estas aves de su entorno natural para satisfacer caprichos personales. Este comercio clandestino se ve exacerbado por la facilidad con la que se pueden adquirir estas aves a través de internet, donde incluso se proporcionan listados de “expertos” que aconsejan sobre su cuidado.
Sin embargo, la desaparición de estos espléndidos loros no solo se atribuye al mascotismo, sino también a la destrucción de su hogar debido a la deforestación agroindustrial y los incendios descontrolados. La pérdida de bosques nativos ha llevado a una caída alarmante de la población del Guacamayo Verde en los últimos cincuenta años, siendo casi imposible encontrarlo en el noreste argentino.
Organizaciones como BirdLife alertan que, mientras hace décadas esta especie era común en cualquier región con selva, hoy en día se estima que solo sobreviven unos veinte mil ejemplares distribuidos en los países de América Latina de los que es originario. Este declive vertiginoso compromete la vitalidad de la biodiversidad en la región.
Es imperativo que legisladores y funcionarios tomen medidas concretas para frenar esta crisis. Tanto las leyes forestales como las que regulan la explotación y maltrato animal necesitan ser reforzadas y aplicadas de manera efectiva. La indiferencia no es una opción.
Los líderes elegidos por la sociedad para guiar nuestras comunidades deben asumir la responsabilidad de proteger la vida silvestre y los ecosistemas. La supervivencia del Guacamayo Verde y de muchas otras especies depende de decisiones audaces y acciones inmediatas. El tiempo apremia, y no podemos permitir que estas maravillas de la naturaleza desaparezcan ante nuestros ojos.
