La biodiversidad de la megalópolis mexicana, que abarca la CDMX y estados como México, Morelos y Puebla, enfrenta una crisis ambiental. Investigadores de la UNAM, como David Alexander Prieto Torres y Pablo César Hernández Romero, alertan sobre los efectos devastadores de la urbanización y el cambio climático en especies como el ajolote, el teporingo y el lince.
El crecimiento urbano desordenado ha fragmentado hábitats esenciales, amenazando la resiliencia climática y la sostenibilidad ecológica. Áreas como el Suelo de Conservación de la CDMX, que cubren el 60% de su territorio, son cruciales para mitigar el impacto ambiental, pero ya enfrentan ocupaciones ilegales y pérdida de biodiversidad.
“Es necesario integrar la naturaleza en el diseño urbano para proteger las especies locales y garantizar la sostenibilidad a largo plazo”, enfatizó Prieto Torres.