En un trágico incidente, tres periodistas perdieron la vida la madrugada de este viernes en un ataque aéreo israelí que impactó una casa de huéspedes en el sureste del Líbano, cerca de la localidad de Hasbaya. Esta zona, utilizada por equipos de medios como centro operativo, había sido mayormente segura en medio de las hostilidades fronterizas, pero ahora se ha convertido en el escenario de uno de los ataques más letales hacia la prensa en el último año.
El gobierno libanés ha calificado el ataque como un “crimen de guerra” y acusa a Israel de haber perpetrado un bombardeo “intencional” contra civiles, incluyendo periodistas en descanso. Las víctimas confirmadas son Ghassan Najjar, camarógrafo de la cadena proiraní Al Mayadeen; Mohammad Reda, ingeniero de radiodifusión del mismo canal; y Wissam Qassem, videorreportero de la cadena de Hezbolá, Al Manar. Hasta el momento, Israel no ha emitido ninguna declaración al respecto.
Este incidente eleva la tensión entre ambos países y enciende las alarmas sobre la seguridad de los profesionales de la comunicación que cubren el conflicto en la región.
