La espera por Thunderbolts ha valido completamente la pena. Tras meses de rumores, filtraciones y expectativas, la película finalmente se presentó ante críticos y periodistas en sus primeras funciones, y las primeras reacciones no podrían ser mejores. Lejos de ser solo un “relleno” entre los grandes títulos de Marvel, Thunderbolts se posiciona como una propuesta fresca, audaz y profundamente humana dentro del universo de superhéroes.
Desde su anuncio, los fans se preguntaban si este equipo de inadaptados y antihéroes lograría capturar la esencia que hizo grande a los Vengadores. Hoy, podemos decir que Thunderbolts no solo honra esa esencia, sino que también le imprime una nueva vitalidad, alejada del humor forzado y los clichés que últimamente pesaban en la franquicia.
La crítica ha elogiado particularmente la construcción de personajes: cada miembro del equipo tiene su propio arco emocional claro y profundo, lo que da peso real a las decisiones y conflictos que vemos en pantalla. Florence Pugh (Yelena Belova), Sebastian Stan (Bucky Barnes) y Wyatt Russell (John Walker) han sido aclamados por sus interpretaciones cargadas de matices, llevando a sus antihéroes hacia un terreno más vulnerable y humano.

Visualmente, Thunderbolts también destaca: sus escenas de acción son intensas, prácticas y menos saturadas de CGI, lo cual ha sido otro de los grandes elogios que ha recibido. La dirección, a cargo de Jake Schreier, ha sido señalada como uno de los factores que dan a esta película un estilo propio, más maduro y menos dependiente de las fórmulas tradicionales de Marvel.
En resumen, Thunderbolts no solo promete ser uno de los grandes éxitos del año, sino que podría marcar un nuevo rumbo para el MCU: más introspectivo, más arriesgado, pero igualmente emocionante.