En Zumpango, Estado de México, se presentó la primera tesis de maestría en Ciencias Ambientales por José Omar Moreno Flores, centrada en el estudio de microvertebrados fósiles en Santa Lucía. El proyecto, dirigido por científicos del INAH y el Tecnológico Nacional, analiza cómo estas comunidades respondieron a eventos climáticos durante el Pleistoceno.
Santa Lucía, zona paleontológica clave tras la construcción del AIFA, ha registrado más de 500 sitios de excavación y 5 422 restos de anfibios, reptiles, aves y mamíferos. Su biodiversidad incluye especies extintas o desplazadas, como ajolotes y tortugas del desierto, hasta hábitats confirmados en la Cuenca de México por primera vez.

Los microvertebrados se destacan como marcadores ecológicos y ayudan a comprender los cambios en el lago de Xaltocan y la desecación regional. El estudio reportó 53 taxones diferentes, entre los más representativos están las aves acuáticas, vinculadas a antiguos ecosistemas lacustres.
Este hallazgo impulsa el uso de hallazgos pequeños en paleontología mexicana. Moreno Flores y su equipo subrayan la necesidad de incorporar microfósiles en excavaciones futuras para fortalecer programas de conservación y conocer mejor la historia natural del país.
