Por Samantha Guerrero
Las tensiones entre Corea del Norte y Corea del Sur han alcanzado un nuevo nivel, tras las acusaciones de Pyongyang sobre el uso de drones por parte de su vecino del sur para esparcir propaganda antinorcoreana sobre su capital, Pyongyang. En un comunicado emitido el viernes, el Ministerio de Exteriores norcoreano denunció que aviones no tripulados surcoreanos habían sido detectados sobre su territorio en varias ocasiones, lo que, según ellos, constituye una grave violación de su soberanía.
Acusaciones de Violación de Soberanía
Corea del Norte ha sido contundente en su respuesta, acusando a Seúl de amenazar su seguridad nacional. El gobierno norcoreano advirtió que, de repetirse estos vuelos de drones, sus fuerzas estarían preparadas para utilizar “todos los medios de ataque” disponibles. “Se ha retirado el seguro de nuestro gatillo”, afirmaron, enfatizando su disposición para actuar sin previo aviso.
Incremento de las Hostilidades
La situación se ha vuelto más tensa en los últimos meses, especialmente con el aumento de las pruebas armamentísticas por parte de Corea del Norte, bajo el liderazgo de Kim Jong Un. En respuesta, Corea del Sur ha intensificado sus maniobras militares conjuntas con Estados Unidos, lo que ha alimentado aún más la confrontación en la región.
Guerra Psicológica y Propaganda
Desde mayo, Corea del Norte ha llevado a cabo una campaña inusual de guerra psicológica, lanzando miles de globos hacia el sur, cargados de propaganda y otros materiales. Este enfoque ha exacerbado las hostilidades y muestra cómo ambos países están utilizando diferentes métodos para intentar debilitar la moral del adversario.
Las amenazas de Corea del Norte y las respuestas de Corea del Sur indican que la situación en la península se está deteriorando rápidamente. La comunidad internacional sigue de cerca estos desarrollos, ya que cualquier escalada podría tener consecuencias significativas no solo para ambos países, sino también para la estabilidad en toda la región.