Dejar ir es clave cuando los hijos no cumplen con nuestras expectativas. Permitirles crecer a su manera, respetando su camino, es una lección importante para los padres
Es común que los padres tengan expectativas sobre el futuro de sus hijos, deseando que sigan caminos similares a los que no pudieron recorrer. A menudo, los padres proyectan sus propios sueños y logros en sus hijos, esperando que ellos logren lo que no pudieron o sigan sus intereses. Sin embargo, a medida que los hijos crecen, es importante reconocer que cada niño tiene sus propios talentos, deseos y caminos.

Cuando las expectativas de los padres no se cumplen, es crucial entender que los hijos no son una extensión de los padres. Aunque los padres pueden guiar y apoyar, deben aprender a respetar los intereses y elecciones de sus hijos. Esto incluye aceptar que sus habilidades y sueños pueden diferir de los de los padres, y que sus logros no deben ser medidos según las expectativas previas.
La clave es reconocer y valorar las pasiones y habilidades de cada hijo, permitiéndoles explorar sus propios intereses sin la presión de cumplir con expectativas preestablecidas. Esto también ayuda a los padres a liberar el control y entender que los hijos tienen derecho a ser independientes y seguir sus propios caminos.