Nuevamente el destituido presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, se negó este jueves a responder a los interrogatorios relacionados con su intento de imponer la ley marcial en diciembre pasado, informó su abogado.
Este incidente ocurre un día después de su arresto en Seúl. Yoon, un líder conservador que gobernó durante un período tumultuoso, enfrenta cargos por insurrección, un delito que lo puede llevar a la pena de muerte.
Fue arrestado el miércoles tras semanas de permanecer atrincherado en su residencia, luego de que una primera operación para capturarlo a principios de enero fracasara.
El ex mandatario, suspendido previamente por el Parlamento mediante una moción de destitución, es acusado de haber sumido a la nación en una de sus peores crisis democráticas en décadas, al suspender el orden civil y ordenar el despliegue militar en la Asamblea Nacional la noche del 3 de diciembre.
Actualmente, Yoon permanece en un centro de detención. Su caso se ha convertido en un tema de gran debate en Corea del Sur, dejando a la democracia del país en un momento de reflexión sobre el poder ejecutivo y las salvaguardas constitucionales.
El 3 de diciembre, Yoon intentó imponer la ley marcial y envió tropas a la Asamblea Nacional, en un acto que fue rápidamente repudiado por los legisladores, quienes lograron reunirse esa misma noche para anular la medida.
