Por Sinai Peña
En un histórico Día de la Salud en la COP28, la voz colectiva de más de 40 millones de profesionales de la salud de todo el mundo ha resonado con una petición enfática hacia los líderes mundiales. Exigen acciones inmediatas y audaces para abordar la crisis climática y sus impactos directos en la salud de las personas.
La falta de medidas contra el cambio climático ha demostrado tener consecuencias mortales, exacerbando enfermedades como el cólera, la malaria y el dengue, y desencadenando desastres climáticos como incendios forestales, olas de calor y sequías que han afectado a comunidades enteras y han incrementado la contaminación del aire.
Estos profesionales de la salud, respaldados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y apoyados por ministros de Salud de 120 países, instan a los gobiernos a cumplir con los compromisos del Acuerdo de París, acelerar la eliminación progresiva de los combustibles fósiles y trabajar hacia un futuro más saludable y sostenible para todos.
El llamado también destaca la urgencia de fortalecer y financiar los sistemas de salud para que sean más resistentes al clima, dado que actualmente solo reciben el 0,5% de la financiación global destinada a la lucha contra el cambio climático. El compromiso financiero debe estar a la altura del desafío que representa la crisis climática para la salud pública global.
La OMS ha reafirmado su compromiso al liderar la Alianza para la Acción Transformadora sobre Clima y Salud (ATACH), colaborando con países y asociados para implementar medidas concretas y efectivas descritas en esta Declaración sobre Clima y Salud.
Esta movilización histórica del sector de la salud en la COP28 busca un mundo más saludable y resiliente, y espera que estos llamamientos resulten en acciones decisivas para garantizar un futuro más seguro y sostenible para las generaciones venideras.
