Tras los Juegos Olímpicos de París 2024, se ha desatado una polémica inesperada: decenas de atletas han devuelto sus medallas debido a defectos visibles. Más de 100 preseas, incluyendo oro, plata y bronce, han presentado problemas como rayones, desgaste prematuro y marcas en su superficie. El descontento de los deportistas ha sido evidente, con varios compartiendo imágenes de sus medallas dañadas en redes sociales, lo que ha generado críticas hacia la calidad de los reconocimientos en esta edición olímpica.
Uno de los casos más destacados es el del estadounidense Nyjah Huston, ganador de la medalla de bronce en skateboard. Huston expresó públicamente su molestia al afirmar que su medalla parecía “haber estado en la guerra”, lo que resumió el malestar de otros atletas en situaciones similares.
El Comité Olímpico Internacional (COI), el Comité Organizador de París 2024 y la Casa de la Moneda de París, encargada de fabricar las medallas, han iniciado una investigación conjunta para entender las causas del problema. En un comunicado, el COI declaró: “Estamos trabajando estrechamente con la Casa de la Moneda para evaluar cada caso y determinar qué provocó el deterioro de las medallas”. Además, confirmaron que todas las preseas defectuosas serán reemplazadas con los mismos grabados originales, y que este proceso comenzará en las próximas semanas.
Las medallas de París 2024 se destacaron por su enfoque sostenible, ya que fueron fabricadas parcialmente con materiales reciclados, una iniciativa aplaudida inicialmente. Sin embargo, algunos críticos han sugerido que esto pudo influir en su durabilidad, planteando dudas sobre el control de calidad de los reconocimientos.
A pesar de la controversia, no todos los deportistas han enfrentado problemas. Los atletas mexicanos, que lograron 17 medallas en los Juegos Paralímpicos y 5 en los Juegos Olímpicos, no han reportado defectos en sus preseas ni han presentado quejas al respecto.
Este incidente ha generado un debate sobre la importancia de garantizar la calidad de las medallas olímpicas, que representan no solo el logro deportivo, sino también el legado histórico de los atletas. El Comité Organizador se enfrenta ahora al reto de restaurar la confianza en sus reconocimientos y evitar que este tipo de problemas se repita en futuras ediciones de los Juegos Olímpicos.
