Si alguna vez te has percatado de que ciertos perros se parecen a sus dueños, no estás solo. Desde similitudes en el rostro hasta en gestos y comportamientos, esta curiosa coincidencia no es fruto de la imaginación. La ciencia ha demostrado que, detrás de este fenómeno, hay razones evolutivas y psicológicas que explican por qué los canes reflejan características de sus humanos.
Un estudio icónico de los psicólogos Nicholas Christenfeld y Michael Roy, de la Universidad de California, demostró que personas podían emparejar fotos de perros con sus dueños simplemente observando sus rostros, lo que evidencia que este parecido no es fortuito. Incluso, cuando se cubrieron los ojos en las imágenes, la tasa de aciertos disminuyó, destacando la importancia de la mirada en esta conexión.
El “efecto de mera exposición” y la elección de mascotas La investigadora Katrina Holland, del Dogs Trust en el Reino Unido, ha encontrado que muchas personas tienden a elegir perros que reflejan sus propios rasgos físicos. Este fenómeno se conoce como el “efecto de mera exposición”, donde nos sentimos atraídos por lo que nos resulta familiar. Esto explicaría por qué los dueños de razas puras tienden a tener perros que se parecen a ellos.
Personalidades que convergen La semejanza no se limita al aspecto físico. Un estudio del psicólogo social William J. Chopik con 1.681 participantes demostró que los perros pueden reflejar la personalidad de sus dueños. Desde la extroversión hasta la neuroticismo, la convivencia refuerza estas similitudes. Las personas eligen perros que complementen su estilo de vida, lo que a largo plazo moldea el temperamento del animal.
La evolución del vínculo humano-perro Según Borbála Turcsán, investigadora de la Universidad Eötvös Loránd en Hungría, el lazo entre un perro y su dueño es comparable al vínculo entre un padre y su hijo. La domesticación de los perros, que comenzó hace miles de años, ha hecho que estos animales desarrollen una profunda dependencia hacia los humanos, lo que refuerza la conexión emocional y social entre ambos.
El fenómeno de que los perros se parezcan a sus dueños es más que una simple coincidencia. La ciencia respalda que tanto factores psicológicos como la evolución han jugado un papel clave en esta asombrosa semejanza, mostrando cómo humanos y canes han desarrollado la capacidad de influirse mutuamente a lo largo del tiempo.