Por Adalai Ojeda
La bloguera china Laura Deng nunca imaginó que su vida personal captaría tanto interés en redes sociales. Todo comenzó hace tres años cuando publicó fotos de su primera Navidad en Londres junto a su novio británico en Xiaohongshu, una plataforma similar a Instagram en China. La respuesta fue sorprendentemente positiva: las imágenes de su celebración navideña, que incluían una selfie en pareja, un árbol de Navidad y una mesa festiva, atrajeron cientos de nuevos seguidores, eclipsando sus anteriores publicaciones sobre moda y maquillaje.
Laura, de 29 años, aprovechó el creciente interés de su audiencia y decidió centrar su contenido en su relación interracial, destacando las diferencias culturales entre ella y su pareja. El resultado fue impresionante: su número de seguidores pasó de 1.000 a más de 80.000, lo que la llevó a firmar acuerdos publicitarios que le generan ingresos adicionales de entre 3.000 y 70.000 yuanes (aproximadamente entre US$400 y US$9.800) al mes.
Este éxito atrajo la atención de agencias de influencers, y Laura ahora cuenta con un equipo de cuatro personas que la ayudan a gestionar tareas como la edición de videos, la publicidad y el desarrollo de estrategias para aumentar su audiencia. Lo que comenzó como una publicación casual sobre su vida personal se ha convertido en una exitosa carrera paralela que complementa su empleo en marketing.
El caso de Laura refleja el creciente interés en China por las relaciones interraciales, especialmente a través de las redes sociales. Estos contenidos no solo fascinan a los usuarios, sino que también rompen barreras culturales, fomentando el diálogo sobre las diferencias y similitudes entre las parejas multiculturales. La historia de esta bloguera china también pone de manifiesto cómo las redes sociales pueden transformar vidas, permitiendo a las personas convertir su día a día en un negocio rentable y, al mismo tiempo, conectar con audiencias de todo el mundo.
