En medio de la crisis económica en Venezuela, el gobierno mexicano ofrece un subsidio mensual de 110 dólares durante seis meses para los venezolanos que decidan regresar voluntariamente. Sin embargo, la mayoría de los migrantes venezolanos en México optan por quedarse, ya que consideran que sus ingresos en territorio mexicano son más altos y brindan mejores oportunidades laborales.
Aunque el subsidio gubernamental supera los 2.89 dólares que el gobierno de Nicolás Maduro otorga como bono a las familias más vulnerables, los venezolanos en México aseguran que sus salarios en este país les permiten ganar más dinero. Además, expresan su deseo de buscar refugio en Estados Unidos, donde creen que podrán mejorar su calidad de vida.
La realidad económica en Venezuela es desalentadora, con un salario mínimo que apenas alcanza los 100 dólares mensuales, mientras que los precios de los alimentos básicos, como la carne, son inaccesibles para la mayoría de la población. Incluso con la ayuda del gobierno mexicano, que se considera insuficiente para alimentar a una familia durante un mes, los venezolanos ven difícil la posibilidad de regresar a su país.
En palabras de un venezolano entrevistado: “Mil pesos se los come uno en dos días, más en Venezuela me comeré en medio día, será el puro desayuno”. Esta situación obliga a muchos venezolanos a depender de las remesas enviadas por sus familiares desde el extranjero para subsistir.
La hiperinflación ha transformado la dieta de los venezolanos, que ahora se basa principalmente en verduras y carnes frías debido a la inaccesibilidad de la carne. Una ciudadana venezolana, que prefirió mantenerse en el anonimato, compartió: “Allá se estaba comiendo mucho lo que era la pasta de chorizo, la mortadela o la salchicha: dos dólares de salchicha, un kilo de arroz, un jitomate, una cebolla y un cubito y ya, para allí”.
Ante la incertidumbre de su futuro, algunos venezolanos contemplan la posibilidad de radicarse en México si no logran establecerse en Estados Unidos. Sin embargo, enfrentan obstáculos burocráticos en su proceso migratorio, acusando a las autoridades de retrasar los trámites para obtener el estatus de refugiados por razones humanitarias.
