El Parque Nacional de Tongariro, ubicado en la Isla Norte de Nueva Zelanda, es uno de los destinos más impresionantes y menos conocidos del país. Designado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO tanto por su importancia cultural como natural, Tongariro es un lugar que combina paisajes volcánicos espectaculares con una rica herencia maorí.
Un terreno moldeado por el fuego
Tongariro alberga tres majestuosos volcanes: Tongariro, Ngauruhoe y Ruapehu. Estos gigantes de fuego han dado forma al paisaje durante siglos con erupciones que han creado valles de lava, cráteres humeantes y lagos minerales.
• El Monte Ngauruhoe: Más conocido como el “Monte del Destino” en El Señor de los Anillos, su cono perfecto es un icono del parque.
• El Monte Ruapehu: El volcán más alto del parque y un popular destino para esquiar en invierno.
• El Lago Azul y el Lago Esmeralda: Estas joyas minerales son famosos por sus vibrantes colores, resultado de depósitos de azufre y actividad geotérmica.
El Tongariro Alpine Crossing
Considerado una de las mejores caminatas de un día en el mundo, el Tongariro Alpine Crossing recorre 19,4 kilómetros a través de un terreno surrealista. Durante el recorrido, los visitantes atraviesan cráteres volcánicos, laderas de roca negra y lagos de aguas cristalinas mientras disfrutan de vistas panorámicas de la Isla Norte.
Herencia cultural maorí
El parque no solo destaca por su belleza natural, sino también por su profundo significado espiritual. Los volcanes de Tongariro son sagrados para los maoríes, quienes los consideran moradas de deidades ancestrales. Los nombres, historias y tradiciones maoríes están intrínsecamente ligados al paisaje, y el respeto por estas tierras es una parte fundamental de su manejo.
