¿Por qué algunos hombres tienen dificultades para equilibrar su vida laboral y familiar?
Por Sofia Swindall
Tradicionalmente, se ha transmitido la idea de que ser hombre significa ser fuerte, cumplir con el rol de proveedor y no mostrar vulnerabilidad, ya que se percibe como un símbolo de debilidad. Sin embargo, este modelo impone una gran presión sobre los padres, pues se asocia el éxito con la capacidad de generar bienes y recursos, lo que puede desencadenar estrés, ansiedad y depresión. Algunos hombres llegan a pensar que, si no son grandes proveedores, su valor disminuye.
Este modelo tradicional tiene dos grandes debilidades. La primera es que los padres, al centrarse únicamente en trabajar para que a sus hijos no les falte nada, terminan ausentándose emocionalmente. La segunda es que, al asumir por completo el rol de proveedor, se cierran las oportunidades para participar en otras áreas familiares, como el cuidado de los hijos, las labores del hogar y el fortalecimiento de las relaciones familiares.
Desaprender viejos modelos y redefinir el éxito familiar
El especialista en desarrollo humano sugiere que es fundamental desaprender los viejos paradigmas y redefinir el éxito más allá de lo económico y material. Logros como la calidad de las relaciones familiares, la cercanía con los hijos y el bienestar personal deben ser considerados como partes esenciales de lo que significa tener éxito como padre.
Cómo lograr un equilibrio entre trabajo y familia
El experto recomienda reflexionar sobre las prioridades en la vida familiar y responder preguntas clave como: “¿Cuáles son mis prioridades? ¿Cuánto tiempo realmente estoy dispuesto a dedicar a mis hijos?”. Aceptar que no se puede ser perfecto en todas las áreas es un paso importante para alcanzar un equilibrio entre la vida laboral y familiar.
Paternidad consciente: Estar presente en el crecimiento de los hijos
La “paternidad consciente” busca que los padres estén presentes en la vida de sus hijos, dedicando tiempo de calidad para fomentar un ambiente de respeto, empatía y autenticidad. El objetivo es permitir que los niños sean niños, sin apresurarlos a crecer.
Desigualdad en la distribución del tiempo entre hombres y mujeres
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) revela que los hombres en México dedican el 30% de su tiempo al trabajo remunerado y solo el 4.5% al trabajo no remunerado, que incluye las tareas del hogar y el cuidado de los hijos. En comparación, las mujeres dedican el 12% de su tiempo al trabajo remunerado y el 22.5% al no remunerado, lo que muestra un desbalance que sigue afectando a las familias mexicanas.
Corresponsabilidad: Clave para una paternidad equilibrada
El experto destaca que la corresponsabilidad es fundamental para una paternidad más equitativa. Involucrar a los padres en la crianza y las labores del hogar ayuda a crear un vínculo emocional más fuerte con los hijos. Para lograrlo, los padres deben participar activamente en la conceptualización, planeación y ejecución de las actividades del hogar, y no solo en una de estas etapas.
Comunicación y respeto en el ambiente familiar
La comunicación empática y el respeto a las necesidades emocionales de los hijos son esenciales para crear un ambiente familiar saludable. El especialista recomienda “observar más y evaluar menos”, y evitar etiquetar a las personas, ya que esto puede desconectarnos de nuestros seres queridos.
Conexión antes que corrección
Por último, se resalta la importancia de conectar con los hijos antes de corregirlos. Usar un lenguaje empático y ofrecerles opciones les permite tomar decisiones desde una edad temprana. Celebrar las contribuciones de cada miembro de la familia fomenta la flexibilidad y la equidad en el hogar, lo que conduce a una paternidad más empática y equilibrada.
Este enfoque de la paternidad consciente no solo beneficia a los hijos, sino que también fortalece el bienestar emocional y mental de los padres.
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