Masticar chicle: mitos y verdades sobre su impacto en la salud

Por Sofia Swindall

Masticar chicle es una práctica común en el día a día, pero está rodeada de mitos que generan dudas sobre si es saludable o perjudicial. Desde si puede sustituir el cepillado dental hasta su permanencia en el estómago si se traga, exploramos qué dice la ciencia sobre esta golosina.

La diferencia entre chicles con y sin azúcar es clave. Según el doctor Óscar Castro Reino, presidente del Consejo General de Dentistas, los chicles con azúcar son metabolizados por las bacterias de la boca, transformándose en ácidos que erosionan el esmalte dental y aumentan el riesgo de caries. Por esta razón, es recomendable evitar su consumo.

En cambio, los chicles sin azúcar, especialmente los que contienen xilitol, pueden tener beneficios para la salud bucal. Este edulcorante natural ayuda a reducir el riesgo de caries al estimular la remineralización del esmalte y aumentar el flujo de saliva, limpiando naturalmente los dientes.

No, aunque los chicles sin azúcar y con xilitol pueden ser útiles en ciertas circunstancias, como después de una comida sin acceso al cepillo dental, no deben considerarse un reemplazo del cepillado. Masticar chicle puede elevar el pH bucal y estimular la saliva, pero el cepillado sigue siendo la mejor opción para mantener una buena higiene dental.

El consumo de chicle no es apto para todos. Niños menores de cinco años deben evitarlo debido al riesgo de atragantamiento. Además, las personas con bruxismo, problemas en la articulación temporomandibular o con ortodoncia también deberían evitarlo, ya que podría empeorar estas condiciones.

Sin embargo, quienes padecen xerostomía (boca seca) pueden beneficiarse de los chicles sin azúcar y con xilitol, ya que ayudan a estimular la producción de saliva.

El exceso de chicle puede causar problemas. En el caso de los chicles con azúcar, aumenta el riesgo de caries, mientras que aquellos con sorbitol, si se consumen en grandes cantidades, pueden tener un efecto laxante. Además, masticar chicle frecuentemente puede agravar problemas en la mandíbula, provocando dolores en dientes, cabeza o oídos.

Aunque su aporte calórico es bajo en pequeñas cantidades, un chicle con azúcar puede contener hasta 386 kcal por cada 100 gramos. Incluso los chicles sin azúcar tienen calorías, por lo que es importante moderar su consumo.

No, a pesar del mito tragarse un chicle no representa un riesgo grave. El sistema digestivo lo elimina en pocos días, sin embargo, el consumo excesivo podría generar complicaciones como bezoares, acumulaciones de material no digerible en el sistema digestivo.

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