Tapachula, Chiapas. La frontera sur de México se ha convertido en un hervidero de movimiento y desesperación. Miles de migrantes, temiendo las políticas antiinmigración del expresidente Donald Trump, quien podría retomar la presidencia, han decidido acelerar su marcha hacia Estados Unidos.
Desde la victoria del republicano en las últimas elecciones, caravanas masivas han comenzado a formarse con mayor frecuencia. Este martes, un grupo de aproximadamente 2,000 personas partió de Tapachula hacia Ciudad de México, sumándose a las 14 caravanas que han salido este año. La llegada de Trump a la Casa Blanca despierta temores entre los migrantes, quienes buscan cruzar antes de que posibles restricciones bloqueen sus sueños de una vida mejor.
Desafíos en el camino
La espera por citas de visa humanitaria a través de la aplicación CBP One, implementada por Estados Unidos, se ha extendido hasta ocho meses, incrementando la desesperación. Además, el crimen organizado en la región se ha aprovechado del incremento de migrantes, subiendo tarifas para tráfico de personas y aumentando los casos de secuestro y extorsión.
Organizaciones humanitarias como Médicos del Mundo y Save the Children reportan un incremento en casos de deshidratación, enfermedades pulmonares y estrés entre los migrantes, especialmente entre los niños. Mientras tanto, los albergues en Tapachula, como el albergue Belén, están al máximo de su capacidad, con personas viviendo en condiciones precarias.
“Vamos a seguir adelante”
A pesar de los riesgos, los migrantes no ceden. Familias enteras, como la de José Luis, Yureni y su hijo Thiago, siguen avanzando, motivados por la necesidad de escapar de la violencia y la pobreza en sus países de origen. “Queremos llegar antes de que Trump sea presidente porque ya no podíamos seguir viviendo en Colombia”, explica José Luis.
Un futuro incierto
Con más de 925,000 migrantes cruzando a México de enero a agosto de este año, la situación en la frontera sur sigue siendo crítica. Las organizaciones y las autoridades enfrentan el reto de brindar apoyo humanitario mientras intentan manejar un flujo migratorio sin precedentes.
La incertidumbre sobre las políticas de la próxima administración estadounidense solo incrementa la urgencia entre quienes buscan llegar al norte, impulsados por el sueño de un futuro mejor y la esperanza de encontrar seguridad en Estados Unidos.