La exposición constante a noticias sobre violencia y criminalidad puede generar miedo tanto en adultos como en niños. Un reciente caso en el que un adolescente fue asesinado al ser confundido por un delincuente mientras vendía una consola con su padre, nos recuerda la fragilidad de la vida y cómo este tipo de tragedias refuerzan el miedo social que vivimos.
Es común que los niños escuchen frases como “El mundo es peligroso” o “No hables con extraños”, lo que contribuye a una cultura de desconfianza y temor. Como padres, tenemos la responsabilidad de abordar este miedo de manera efectiva, validando sus emociones y enseñándoles a gestionar estas sensaciones.
La comunicación abierta es clave para que nuestros hijos se sientan seguros al expresar sus miedos, y la educación emocional puede ser una herramienta fundamental para ello.
La sociedad actual está llena de información alarmante, desde la presión académica hasta las noticias negativas. Es por esto que debemos equilibrar el miedo con mensajes positivos y resilientes, enseñando a nuestros hijos que, aunque existen riesgos, también hay muchas cosas buenas en el mundo.
Modelar una actitud positiva frente al miedo y reflexionar sobre la influencia de la sociedad actual en la crianza, puede ayudar a los niños a desarrollar una mentalidad más saludable y confiada.
