Ante el nuevo arancel del 25 % que Estados Unidos impuso sobre el acero y el aluminio mexicanos, el gobierno federal respondió con medidas tradicionales. Funcionarios de alto nivel sostuvieron reuniones bilaterales, desplegaron rutas diplomáticas y anunciaron apoyos financieros para amortiguar el impacto inmediato en la economía nacional.
Este enfoque busca evitar una ruptura abierta con Washington y mantener la operación de las cadenas de suministro, sin modificar a fondo los acuerdos comerciales existentes. La estrategia, sin embargo, ha sido calificada como reactiva.

En contraste, el abogado José Roberto Salinas Padilla promueve un Tratado Intercontinental de Comercio que abarcaría América Latina, Europa y Asia Oriental. Su propuesta va más allá del corto plazo: plantea un sistema normativo común, tribunales de arbitraje unificados, revisión periódica de aranceles y estándares globales para la competencia económica.
Más que contener la crisis, Salinas Padilla propone rediseñar el comercio internacional desde una visión estructural. La elección entre mantener el orden actual o construir uno nuevo cobra relevancia en un contexto de incertidumbre geopolítica y tensiones económicas.
