Por Marco Reyes
Las incontables alegrías que Lionel Messi ha brindado a la Albiceleste finalmente encontraron recompensa en un equipo que luchó con un espíritu indomable para otorgarle un nuevo título a su capitán. Con Messi lesionado y visiblemente emocionado en el banco durante los últimos 25 minutos del segundo tiempo y el tiempo extra, la selección nacional logró una dramática victoria de 1-0 sobre Colombia en Miami, consagrándose bicampeona de la Copa América. Este triunfo eleva a Argentina como la selección con más títulos continentales, con 16 conquistas, superando a Uruguay.
Desde la obtención del título en Brasil en 2021, Argentina defendió su corona este domingo en Estados Unidos 2024, en una edición marcada por controversias desde el inicio hasta el final. Si durante 28 años, entre 1993 y 2021, la Albiceleste estuvo alejada de los títulos, ahora parece que la gloria solo tiene colores celestes y blancos.
El gol de Lautaro Martínez, quien fue el máximo anotador del torneo con cinco goles, a los seis minutos del segundo tiempo extra, rompió el empate en un duelo muy cerrado y le permitió a la histórica selección argentina alcanzar un triple título sin precedentes en Sudamérica: dos Copas Américas (2021 y 2024) y un Mundial (Qatar 2022). El equipo dirigido por Lionel Scaloni también ganó la Finalissima 2022, derrotando a Italia 3-0 en Wembley. Justamente, Argentina y España, reciente campeón europeo, se enfrentarán en 2025 en una nueva edición entre los reyes continentales.
La final tuvo un momento crucial con la salida de Messi a los 20 minutos del segundo tiempo debido a una lesión. La imagen de su tobillo derecho hinchado evocó recuerdos de Diego Maradona en Italia 1990. Durante una Copa América en la que Messi, con 37 años, luchó contra las limitaciones físicas, su estado físico se resintió debido a la falta de competitividad en la MLS y las malas condiciones de los campos de juego en Estados Unidos. Messi se retiró entre lágrimas al banco, dejando una imagen conmovedora.
El partido también marcó el final de la carrera de Di María con la selección, mientras que aún quedan dos años para saber si Messi, con 39 años, jugará en el Mundial 2026, nuevamente en Estados Unidos. La FIFA deberá revisar muchos aspectos de una Copa América que se jugará en un contexto cultural futbolístico diferente. Entre tanto, Messi y Argentina tendrán la Finalissima para seguir demostrando su supremacía.
Colombia, que llegó a la final como el mejor equipo del torneo, estuvo a la altura del desafío y tuvo varias oportunidades para ganar. Sin embargo, Argentina demostró que los campeones solo son derrotados por nocaut. El equipo de Néstor Lorenzo perdió un invicto histórico de 28 partidos. El fútbol todavía le debe un gran título a Colombia, que solo ha sido campeón continental en 2001. Como consuelo, el renacido James Rodríguez, a sus 33 años, fue justamente elegido el mejor jugador de la Copa.
Después de 83 minutos de retraso debido a problemas organizativos, Colombia comenzó el partido con intensidad. Argentina, inspirada en un cuento de Jorge Luis Borges, jugó con tenacidad. En la primera mitad, Colombia impuso sus condiciones, jugando más cerca del arco de Emiliano Dibu Martínez que del de Camilo Vargas. James Rodríguez y Luis Díaz destacaron, y Colombia tuvo varias oportunidades, incluyendo un cabezazo de Jhon Córdoba al palo.
Messi, limitado físicamente, sufrió un golpe que lo dejó tendido, generando temor sobre su continuidad. Aunque prefirió esperar hasta el entretiempo, el partido volvió con más tensión. Argentina y Colombia tuvieron oportunidades claras, pero fue la salida de Messi lo que marcó un punto de inflexión. A pesar de su ausencia, Nicolás González ingresó con energía y Argentina mostró su mejor versión, como si el equipo hubiera jurado ganar por su capitán ausente.
Los cambios de Scaloni en el tiempo extra fueron decisivos. Una jugada construida por Leandro Paredes, Giovani Lo Celso y Lautaro Martínez culminó en el gol de la victoria. Argentina mostró su esencia de campeón, mientras Colombia, agotada, no pudo responder.