Por Dayana Mendizabal
Mascota, el Pueblo Mágico enclavado en la majestuosa Sierra Madre Occidental, se presenta como una joya que fusiona cultura y naturaleza. Bajo el cielo azul y entre encinos y pinos, esta tierra encantadora abraza a sus visitantes con el fresco aire de montaña y la cálida influencia del Pacífico.
En Mascota, la riqueza histórica se revela en el Museo Arqueológico, que alberga más de 600 piezas de las culturas huichol, olmeca y andina, con restos que cuentan historias de casi 3,000 años. La “Esmeralda de la Sierra” es hogar de la laguna de Juanacatlán, rodeada de spas para la relajación, mientras que la Presa Corrinchis ofrece experiencias variadas, desde caminatas hasta paseos en kayak.
Caracterizado por su nombre que significa “lugar de venados y culebras”, Mascota se alza a 1,230 metros de altitud, con una temperatura promedio de 21º C y una temporada de lluvias en verano. La cocina local deleita con un excelente pozole y postres a base de frutas frescas.
Las compras de recuerdos llevan a los visitantes a explorar la alfarería, artículos de charrería, equipales y huaraches, ofreciendo auténticas piezas locales. Inmerso en el programa Pueblos Mágicos desde 2015, Mascota es un destino que invita a repensar cuándo regresar.
Entre sus atractivos, destacan la Basílica de Nuestra Señora de los Dolores, el Campo Petrificado de El Malpaís, las cascadas El Coamil de las Naranjas y El Rincón de Ixcatán, así como el Museo de Arqueología y la festividad de Nuestra Señora de Guadalupe.
Con festividades como la Semana Santa, el aniversario de la ciudad, y la celebración de Nuestra Señora de los Dolores, Mascota ofrece experiencias únicas que mezclan lo religioso con lo tradicional. A tan solo unas horas de destinos como Puerto Vallarta, Nuevo Vallarta y Guadalajara, Mascota se erige como un destino inolvidable.