Las rabietas o berrinches son parte normal del desarrollo infantil y, aunque pueden ser frustrantes, es importante saber cómo manejarlas de manera adecuada. Este comportamiento es más frecuente entre niños de 1 a 4 años y suele aparecer cuando el niño se siente frustrado, cansado o con hambre.
¿Cómo manejar los berrinches?
La clave está en prevenir y actuar con calma. Antes de que la rabieta comience, es útil distraer al niño con otra actividad o darle opciones para que se sienta con control sobre la situación. Si el berrinche ocurre, mantener la calma y ofrecer contención es esencial. Puedes decirle: “Te ayudaré a calmarte” o simplemente estar presente.
Evita ceder ante la rabieta, pero una vez que termine, refuerza el comportamiento positivo y enséñale cómo expresar mejor sus emociones.