En un reciente estudio de la Universidad de Bristol, se ha comprobado que los perros pueden detectar el estrés humano a través del olfato, lo que influye en su comportamiento y decisiones. Este fenómeno se conoce como “contagio emocional”, un proceso en el cual los perros imitan las emociones humanas que perciben, como el estrés o la relajación. La investigación mostró cómo las señales químicas liberadas por las personas cuando están estresadas pueden generar una respuesta de cautela en los perros.
A lo largo de un experimento, los investigadores analizaron cómo los perros reaccionaban ante olores relacionados con situaciones de estrés y relajación. Los resultados indicaron que los perros eran menos propensos a acercarse a los cuencos de comida cuando el ambiente olfativo era estresante, adoptando una postura más cautelosa. Este comportamiento sugiere que el estrés humano tiene un impacto directo en la toma de decisiones y en la percepción que los perros tienen de su entorno.
El estudio también sugiere que estas respuestas emocionales podrían tener efectos en el bienestar y rendimiento de los perros, lo que podría ser relevante para la interacción entre seres humanos y caninos en diferentes contextos, como en terapias asistidas por perros o en el entrenamiento de animales.
