Por Marco Reyes
Boston se coronó campeón y en un TD Garden eufórico, los Celtics sellaron la serie contra los Dallas Mavericks en el Juego 5, llevándose el título en las Finales de la NBA.
Los Celtics demostraron que la derrota en el Juego 4 fue solo un desliz momentáneo, aprovechando su regreso a Boston para imponer su verdadero nivel desde el primer cuarto. Jayson Tatum anotó 16 puntos en la primera mitad, 11 de ellos en el segundo cuarto, y con una lluvia de triples ampliaron la ventaja a 21 puntos. Incluso, cerraron la primera mitad con un triple desde la media cancha, hundiendo anímicamente a los Mavericks.
La desesperación de Dallas por recortar puntos en la segunda mitad les jugó en contra, fallando tanto en la pintura como en los triples. Los Celtics aprovecharon esto y manejaron el reloj hábilmente, agotando el tiempo de posesión en cada jugada.
El equilibrio ofensivo de los Celtics fue clave durante toda la serie, y para el inicio del Juego 5, ya contaban nuevamente con cuatro jugadores en cifras de dos dígitos en puntos anotados. Con una ventaja de 21 puntos al comenzar el último cuarto, todos los presentes en el TD Garden se mantenían de pie, apoyando fervorosamente a los Celtics, mostrando la conexión entre el equipo y la afición, emocionados por la posibilidad de romper la sequía de campeonatos.
A pesar de los esfuerzos de los Dallas Mavericks, liderados por Luka Doncic, el juego y la serie se definieron en los primeros dos cuartos, ya que la ventaja de más de 20 puntos nunca se redujo, gracias a que los Celtics no bajaron el ritmo en ningún momento del partido.
Con este título, los Celtics no solo rompieron la sequía de campeonatos que tenían desde 2008, sino que también superaron a los Lakers al alcanzar 18 títulos de la NBA en la historia de la liga.
