LO DIFICIL DE CAMINAR POR LAS CALLES:EL ACOSO SEXUAL CALLEJERO 

Por: ANA LAURA ROSAS BUCIO

Ruth es una joven de 21 años que va a la universidad y después trabaja en una tienda como dependiente y regresa a casa en la noche a hacer tarea y pasar el poco tiempo que queda en familia. Actualmente no sale con nadie, porque no tiene tiempo y porque ya no confía en los hombres. Todas las mañanas al llegar la base del transporte público un grupo de hombres mayores hace comentarios obscenos alusivos a su cuerpo, es posible que en el transporte publico también se encuentre con hombres que quieren pegarse a ella. En su trabajo es común encontrarse a otros que la quieren ligar de maneras no agradables o al regresar a casa se encuentre en la calle otros hombres que la hagan miradas desagradables o comentarios inapropiados.

Ruth se pregunta porque diario tiene que pasar por estas cosas si de hecho ella no se considera “tan bonita”, o que se vista de maneras llamativas. Ruth busca ayuda porque cada día es más difícil ir a la escuela o ir a trabajar, esta enojada, triste y a veces angustiada. Dice a veces sentir que puede, y en otras tener ganas de rendirse. Ella como muchas mujeres que, desde adolescentes, caminan en las calles sufriendo acoso sexual. 

Entendemos el acoso sexual como cualquier conducta no deseada de naturaleza sexual que crea un ambiente intimidatorio, hostil u ofensivo que afecta la dignidad de las personas. Pueden ser comportamientos verbales como palabras alusivas a su cuerpo, sus comportamientos o insinuaciones, o no verbal como miradas, contactos. El acoso sexual crea un ambiente intimidatorio, humillante que interfiere en el desempeño de la persona, causando daño emocional y psicológico, pudiendo ocurrir en el trabajo, la escuela, la calle o en cualquier lugar donde exista una interacción entre personas. 

No es necesario que exista un desbalance de poder entre las personas como sucede en el caso del hostigamiento sexual en las escuelas o el trabajo. El acoso sexual puede ocurrir entre pares o personas con el mismo nivel de poder. 

Desafortunadamente es una practica muy común que la mayoría (si no es que todas) de las mujeres han vivido desde la niñez o adolescencia y adultez y que puede ser posible que se extienda hasta la adultez mayor. Y esto es importante enfatizarlo para quitar la idea de que los actos de acoso sexual tienen que ver con el “reconocimiento de la belleza, sexualidad y juventud”. El acoso sexual tiene el propósito de atentar contra la dignidad de una persona creando entornos intimidatorios, degradantes u ofensivos. Es una forma de violencia que conlleva un ejercicio abusivo de poder que, aunque no haya subordinación de la mujer ante su agresor, coloca a la misma en un estado de indefensión o de riesgo permanente, sucediendo en muchas ocasiones en muchos momentos a lo largo de la vida de las mujeres. 

Los actos de acoso sexual en cuanto a las estadísticas de denuncias oficiales se hablan de que suceden a un 95% de mujeres por un 99% de varones. Si bien es cierto, las situaciones de acoso sexual hacia varones suceden, en un 99% de los casos suceden también por parte de otros varones, ya que al menos en los casos reportados los varones víctimas tienen características que fueron resaltadas como femeninas (muy pequeños de estatura, delgados, femeninos en facciones o por que se crea que son homosexuales, o por el hecho de ser abiertamente gays. 

El acoso sexual en la mayoría de las veces no es denunciado ya que se considera como un hecho menor, y aún y con eso durante enero y febrero de 2025, en México se han registrado 12 mil 261 delitos sexuales, en enero 5 mil 838 incidentes y en febrero 6 mil 423. El abuso sexual es el más común con 5 mil 33 casos, la violación con 2 mil 205 denuncias, el acoso sexual con 1,809 y el hostigamiento sexual con 431 casos

En México existen leyes específicas de protección contra el acoso sexual en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. Y es necesario que se denuncien estos casos. El acoso sexual afecta a las víctimas generando estrés, ansiedad, depresión, frustración, impotencia, insomnio, disminución de la autoestima, humillación, cambios en el comportamiento, aislamiento, deterioro de las relaciones sociales, enfermedades físicas y mentales, etc. 

El acoso sexual genera afectaciones a la integridad física o psicológica que resulten en alteraciones de la salud. Atenta contra la libertad sexual, contra el libre desarrollo de la personalidad, el acceso a una vida libre de violencia, la prohibición de la discriminación, contra el trato digno, el derecho al trabajo, contra el medio ambiente sano, contra la igualdad ante la ley, contra un nivel de vida adecuado. El acoso sexual atenta entonces contra los derechos humanos de las mujeres y hombres que son víctimas de este. 

Si eres victima de acoso sexual, puedes presentar una denuncia de hechos o una queja ante una autoridad, dando tu declaración, y si es posible puedes reunir videograbaciones de las acciones cometidas, copia de los mensajes sexualmente explícitos, o con testimoniales de otras personas que lo hayan presenciado. No es fácil realizar una denuncia, pero si todas las personas que lo vivimos lo hacemos, es posible que entonces se evidencie el grave problema social que implica la violencia sexual, y empecemos a crear una cultura de respeto. Cuando no denunciamos nos volvemos cómplices de los agresores. 

Necesitamos promover una cultura de la denuncia, queda en nosotros empezar a cambiar esta sociedad que tanto daño nos hace. Está en nuestras manos la solución.

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