Las reglas que siguen los padres noruegos en la crianza de sus hijos y que deberíamos adoptar

Noruega educa niños felices y responsables, según expertos como Álvaro Bilbao y Carlos González

Noruega, junto con Finlandia, ha sido reconocida en varias ocasiones como uno de los países más felices del mundo, según el Informe Mundial de la Felicidad. A pesar de que las circunstancias socioeconómicas de Noruega, como su PIB más alto y baja tasa de criminalidad, difieren de las de España, su modelo de crianza destaca por ofrecer valiosas lecciones que podrían ser útiles en otros países, incluyendo España.

En Noruega, la crianza no solo se ve como una tarea personal dentro de cada hogar, sino que está profundamente influenciada por una cultura que valora la autonomía, la responsabilidad y el vínculo con la naturaleza. Los padres noruegos creen que estos valores son fundamentales para el desarrollo de niños felices, responsables y resilientes.

1. Conexión con la naturaleza

Una de las características más destacadas de la crianza en Noruega es la estrecha relación con la naturaleza, un principio conocido como friluftsliv. Este concepto promueve la vida al aire libre, independientemente de las condiciones climáticas. En Noruega, los niños pasan gran parte de su tiempo jugando al aire libre, lo que no solo fortalece su salud física, sino que también les enseña la importancia del respeto por el medio ambiente y les proporciona una sensación de bienestar.

2. Fomentar la autonomía y la independencia

Desde una edad temprana, los niños noruegos son alentados a tomar decisiones por sí mismos. Este enfoque se extiende a las decisiones cotidianas, como ir al colegio solos. De hecho, muchos niños en Noruega comienzan a ir al colegio sin la supervisión de sus padres desde los 6 años, lo que es considerado una forma de fomentar la autonomía. Este nivel de independencia es algo que muchos padres en otros países, encuentran difícil de adoptar, ya que la idea de dejar a un niño pequeño viajar solo puede parecer preocupante. Sin embargo, este enfoque en la autonomía ayuda a los niños a desarrollar confianza en sí mismos y en sus habilidades para afrontar desafíos.

3. El fracaso como herramienta de aprendizaje

Una de las ideas más importantes de la crianza noruega es la forma en que los padres manejan el fracaso. En Noruega, los fracasos no son vistos como fracasos definitivos, sino como oportunidades para aprender y mejorar. Este enfoque promueve la resiliencia, ya que enseña a los niños a no temer a los errores, sino a aprender de ellos para crecer y enfrentarse con éxito a nuevos desafíos. La sobreprotección, por tanto, no es vista como un valor, sino como un obstáculo para el desarrollo emocional de los niños.

Aplicando estos principios en otros países

Aunque Noruega cuenta con un contexto económico y social diferente, los principios de su crianza pueden ser adoptados en cualquier país. En lugar de centrarse en la sobrecarga de expectativas y normas rígidas, como ocurre en muchos modelos de crianza intensiva, el enfoque noruego propone una crianza más flexible, orientada al desarrollo de la independencia, la resiliencia y el bienestar general de los niños.

Crear un ambiente seguro, darles más libertad, permitirles aprender de sus errores y proporcionarles tiempo al aire libre son prácticas que pueden ayudar a los niños a desarrollarse de manera más equilibrada y feliz. Estos principios podrían ser particularmente enriquecedores para padres en otros lugares del mundo que buscan una forma de crianza más libre de estrés y presión.

Noticias recientes

Related articles

¿Tienes un evento social en puerta?

spot_imgspot_img