Los seres humanos somos diversos, eso lo hemos afirmado en distintas ocasiones. Y si bien estamos ya en una época de mayor apertura y tolerancia debido a que tenemos ya más conocimiento y comprensión de la diversidad sexual. Desafortunadamente aún existen muchas personas con actitudes discriminadoras, de rechazo y odio hacia personas que expresan sus distintas opciones de diversidad sexual
A estas actitudes se les llama LGBTfóbicos. Y más específicamente “homofobia”, “lesbofobia”, “Bifobia”, “transfobia”, “intersexfobia”. Y las podemos entender como actitudes hostiles y de odio irracional hacia las personas de la comunidad LGBTIQ+.
El término fobia tradicionalmente hace referencia hacia una situación de miedo intenso, desproporcionado e irracional a un objeto, situación o evento. Siendo entendido como un trastorno psicológico producto en la mayoría de las veces de haber experimentado situaciones traumáticas. Sin embargo, estas actitudes de odio y rechazo no son un trastorno psicológico, sino mas bien una actitud, basada en estereotipos y prejuicios, situaciones que se construyen socialmente. No hay realmente un miedo, aunque si son actitudes bastante irracionales. En realidad, tal vez debamos empezarlo a llamar de manera correcta: “LGBT Odio”
La fobia a la homosexualidad como palabra “Homofobia” fue utilizada por primera vez por George Weinberg en 1971. Sin embargo, Gregory Herek ha descrito este fenómeno como un “prejuicio sexual”, porque impone mecanismos que justifican la violencia, jerarquización y exclusión que sufren las personas de la diversidad sexual y de género.
Las actitudes homofóbicas afectan las relaciones interpersonales y coartan la libertad de las personas, dificulta el desarrollo de emociones y educación sexual, genera problemas de autoestima, ansiedad y aumenta las posibilidades de depresión y suicidio. Además, las LGBTfobias pueden hacer que las personas rechacen, hagan bullying, insulten y usen la violencia contra las personas, y pueden llegar a ser tan graves las consecuencias que pueden atentar contra los derechos humanos, la libertad y la vida.
A la fecha, existen 62 países en el mundo que castigan con penas de cárcel o castigos físicos a las personas que mantienen relaciones entre personas del mismo sexo, así como que consideran la homosexualidad como algo ilegal. En 6 países hay pena de muerte por expresar su orientación o identidad sexual.
El 17 de mayo de 1990 la Organización Mundial de la salud (OMS) eliminó la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales. Y es por eso que ese día se conmemora el Día Internacional contra la Homofobia, lesbofobia, transfobia y la bifobia a partir del 2005. Este día se busca generar conciencia sobre la discriminación que enfrentan las personas LGBTQ+ y promover la inclusión y el respeto a la diversidad sexual y de género. Se propone como un día para coordinar y enfocar acciones de respuesta y prevención, además de recordar a los países en la importancia de crear y fortalecer políticas públicas para prevenir el LGBT Odio
Los prejuicios debemos entenderlos como falsas generalizaciones de ciertas características en las personas. De los prejuicios surgen los estereotipos, que hacen el papel de racionalizar o justifica percepciones generalmente negativas hacia aquellas personas o situaciones que resultan ajenas o diferentes a las propias. Todo esto configura la violencia y dan vida a un sinnúmero de formas de violencia y de mecanismos socioculturales que dañan la salud mental de las personas de la comunidad LGBT, obligando a muchas personas a vivir matrimonios forzados, ser víctimas de violación, entre muchas formas de violencia física, verbal, psicológica, simbólica y patrimonial que muy frecuentemente no son investigados, procesados y juzgados
Decir que la discriminación, odio y violencia hacia las personas LGBT es una fobia ayuda a naturalizar la violencia contra las personas de la comunidad. Justifica abusos porque quien lo hace “actúa desde un miedo irracional”. No es una fobia, es una actitud justificada en ignorancia, en prejuicios y estereotipos, que sirve para que una persona decida ejercer rechazo, discriminación y violencia hacia personas de la comunidad LGBTIQ+.
La decisión de como vivir nuestra sexualidad, de expresar nuestra identidad, de con quien nos enamoramos o tenemos sexo no es algo que deba de importarle a nadie mas que a la persona o personas involucradas. Las “fobias por diversidad sexual” no son un miedo, es una justificación que utilizan algunas personas para demostrar verdaderamente quiénes son. Personas violentas que no solo la ejercerán con personas de la comunidad LGBTIQ+, sino que lo harán con quien puedan: mujeres, personas mayores, niños, personas de otras etnias, religiones, clases sociales, etc.). No estoy afirmando que alguien con homofobia también sea clasista, racista, gordofóbico, misógino, etc. pero es común que alguien no dispuesto a reconocer la diversidad sexual, típicamente tampoco va a reconocer otras formas de diversidad.
Respetar la diversidad significa reconocer y valorar que cada persona es única, con sus propias características, creencias, culturas y experiencias. Y el respeto a la diversidad sexual implica reconocer y valorar la variedad de orientaciones sexuales, identidades de género y expresiones sexuales que existen, así como la igualdad de derechos y oportunidades para todos. Y esto implica rechazar cualquier forma de discriminación o violencia basada en la orientación sexual o identidad de género.
Esta en nosotros educarnos, informarnos, pero principalmente decidir respetar las diversas formas de ser. El respeto no tiene género, ni orientación sexual, es un derecho de todos. Empecemos desde hoy a cambiar esas actitudes que dañan a las y los demás, incluyendo a nosotros mismos.