Por Samantha Guerrero
La Amazonía brasileña enfrenta una crisis sin precedentes: los principales ríos de la región han alcanzado niveles mínimos históricos debido a una sequía severa que afecta a gran parte del país. Este alarmante fenómeno ha sido documentado en un estudio reciente de Greenpeace, que destaca la gravedad de la situación.
Niveles de Agua en Caída Libre
La medición de los diez ríos más importantes de la cuenca amazónica reveló que, en 15 de 23 estaciones monitoreadas, los niveles del agua han caído a cifras alarmantes. Entre los ríos más afectados se encuentra el Amazonas, que ha registrado mínimos históricos en localidades como Itacoatiara y Parintins. Los afluentes del Amazonas, como los ríos Solimoes y Negro, también han sufrido caídas drásticas en sus niveles de agua.
El río Negro, crucial para la región, se encuentra en su punto más bajo desde que comenzaron los registros, con una cota de 12.11 metros, superando el récord negativo de 2023. Otros ríos, como el Madeira, Tapajós y Xingu, también han reportado descensos preocupantes en sus caudales.
Impacto en las Comunidades Locales
La sequía, que llegó más temprano y es más severa que en años anteriores, ha aislado a numerosas comunidades que dependen del transporte fluvial para su supervivencia. Rómulo Batista, portavoz de Greenpeace en Brasil, subraya que muchos ríos no se habían recuperado de la sequía del año pasado cuando enfrentan una nueva crisis en 2024.
Este fenómeno no solo amenaza el transporte, sino también el abastecimiento de agua en diversos municipios de la región, que alberga la mayor cuenca de agua dulce del mundo. La fuerte reducción de los niveles de los ríos es atribuida a los cambios climáticos, un problema que se agrava con cada temporada.
Una Crisis en Expansión
Según el Centro Nacional de Alertas de Desastres Naturales, Brasil está experimentando su peor sequía desde 1950, afectando el 58% de su territorio, con un 20% sufriendo sequías extremas. La situación es crítica y requiere atención urgente por parte de las autoridades y de la comunidad internacional.
La sequía en la Amazonía brasileña es un recordatorio escalofriante de los efectos del cambio climático y de cómo estos fenómenos pueden afectar tanto a los ecosistemas como a las comunidades humanas. Es crucial actuar de inmediato para mitigar estos impactos y preservar uno de los recursos más valiosos del planeta: el agua dulce.