La Península de Kola, situada en el extremo noroeste de Rusia y dentro del Círculo Polar Ártico, es uno de los destinos más remotos y menos explotados para admirar las impresionantes auroras boreales. Su ubicación estratégica, la ausencia de contaminación lumínica y sus vastos paisajes naturales la convierten en un lugar ideal para quienes buscan una experiencia auténtica y lejos de los lugares turísticos tradicionales.
La ciudad de Múrmansk, la más grande de la región ártica rusa, suele ser el punto de partida para explorar esta península. Desde aquí, los visitantes pueden adentrarse en pequeñas aldeas, tundras inexploradas y paisajes dominados por montañas, lagos y ríos congelados en invierno. Además de las auroras, la península es hogar de fenómenos naturales como el sol de medianoche en verano y días extremadamente cortos en invierno, lo que le otorga una atmósfera única durante todo el año.
Entre los lugares más destacados de la península está el Parque Natural de Hibiny, un área montañosa que ofrece rutas de senderismo, esquí y una vista despejada para observar el cielo. También se puede visitar Teriberka, un pequeño pueblo de pescadores conocido por su encanto ártico y por haber sido escenario de la película rusa “Leviatán”.
Además de los paisajes, la Península de Kola cuenta con una rica cultura indígena: los saami. Este pueblo nómada ha habitado la región durante siglos y ofrece a los visitantes la oportunidad de conocer sus tradiciones, probar su gastronomía y aprender sobre su relación con la naturaleza ártica.
La mejor temporada para observar las auroras boreales en la Península de Kola es entre septiembre y marzo, cuando las noches son más largas y el cielo se llena de tonos verdes, rosados y violetas. Este espectáculo natural, combinado con el aislamiento y la belleza inhóspita del lugar, convierte a Kola en un destino fascinante para los amantes de la aventura y la naturaleza.
Visitar la Península de Kola es más que un viaje