En la industria de los smartphones, cada año surgen tendencias que los fabricantes siguen con entusiasmo. En 2025, la obsesión parece estar clara: hacer los dispositivos más delgados, incluso a costa de la funcionalidad.
Empresas como Samsung, Apple, Xiaomi y Oppo han presentado teléfonos con perfiles ultradelgados, destacando el diseño sobre otros aspectos como la duración de la batería o la ergonomía. Si bien estos dispositivos ofrecen una estética atractiva y una sensación premium en la mano, los usuarios han comenzado a cuestionar si la reducción del grosor realmente mejora la experiencia o si solo responde a una estrategia de marketing.
El sacrificio de elementos clave como la capacidad de la batería, la resistencia estructural o incluso la inclusión de puertos y botones físicos ha generado debate entre expertos y consumidores. A pesar de los avances en tecnología de carga y materiales más resistentes, muchos aún prefieren dispositivos con mayor autonomía y funcionalidad en lugar de modelos extremadamente delgados.
¿Será esta una moda pasajera o una tendencia que marcará el futuro del sector?