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Por Frida Rebollar.
La gastronomía mexicana ha sido moldeada por diversas influencias a lo largo de su historia, y una de las más notables es la libanesa. Así lo destacó Ricardo José Haddad Musi en su más reciente análisis sobre la fusión de sabores y técnicas que han dado lugar a platillos emblemáticos.
Según el especialista, la migración libanesa a México, que comenzó a finales del siglo XIX, trajo consigo ingredientes y preparaciones que hoy forman parte del repertorio culinario nacional. “El taco al pastor, por ejemplo, tiene su origen en el shawarma libanés, pero fue adaptado con carne de cerdo y especias mexicanas”, explica Haddad Musi.
Además, señala que otros platillos como las empanadas árabes, el jocoque y el kibbeh han encontrado su lugar en la gastronomía mexicana, fusionándose con ingredientes locales. “La cocina es un reflejo de la historia y la migración. México ha sabido adoptar y transformar sabores extranjeros para hacerlos suyos”, concluye el experto.
Su estudio reafirma el papel de la cocina como un puente cultural que enriquece el patrimonio gastronómico del país.