Por Fernanda Sánchez
El cine francés pierde a uno de sus íconos más emblemáticos. Alain Delon, conocido por su enigmático atractivo y su papel en el cine de las décadas de los 60 y 70, falleció este domingo a los 88 años. Nacido en Sceaux, cerca de París, en 1935, Delon se convirtió en un rostro inconfundible del séptimo arte desde su debut a fines de los años 50.
Un ascenso meteórico al estrellato
Delon saltó a la fama con su interpretación en Plein Soleil (1960), dirigida por René Clément. Su papel como Tom Ripley, el antihéroe de The Talented Mr. Ripley de Patricia Highsmith, lo consagró como el seductor y manipulador que marcó una era. Su actuación en Le Samouraï (1967), dirigida por Jean-Pierre Melville, donde encarnó a un asesino a sueldo solitario, dejó una huella profunda en la historia del cine, influyendo a cineastas como Martin Scorsese, Quentin Tarantino y John Woo.
Una vida personal marcada por la controversia
La vida fuera de la pantalla de Delon no estuvo exenta de polémica. Sus relaciones sentimentales, especialmente con Romy Schneider y Nathalie Delon, fueron intensamente seguidas por la prensa. Además, sus inclinaciones políticas derechistas lo mantuvieron en el ojo del huracán mediático.
El amor incondicional de los perros
Más allá del cine, Delon encontró consuelo en el amor de sus perros, a quienes consideraba su verdadera familia. A lo largo de su vida, siempre estuvo acompañado por una manada fiel, a quienes enterraba en un cementerio privado en su propiedad. En su última etapa, tras un derrame cerebral en 2019, su perro Loubo fue su mayor consuelo.
Un legado que trasciende el tiempo
En 2019, durante su homenaje en el Festival de Cannes, Delon reflexionó sobre su carrera y el paso del tiempo:
“He vivido momentos intensos, he sido aclamado y olvidado. Pero lo único que permanece constante es el vínculo con el público, un lazo más duradero que cualquier gloria pasajera”.
