México es un país con una riqueza gastronómica única, reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Cada estado tiene su propio platillo representativo, resultado de la mezcla de tradiciones prehispánicas e influencias coloniales que han evolucionado a lo largo de los siglos.
En el norte, encontramos los famosos cabritos de Nuevo León, la carne asada de Sonora y las burritas de Chihuahua, donde predominan los sabores intensos y las carnes bien sazonadas. En el centro, la variedad es impresionante: el mole poblano, los chiles en nogada de Puebla y la barbacoa de Hidalgo son solo algunos de los manjares más apreciados.
En el sur, la cocina es una explosión de sabores exóticos. Oaxaca se lleva el reconocimiento con su mole negro, tlayudas y tamales oaxaqueños, mientras que Yucatán brilla con su cochinita pibil y panuchos. En la costa, los mariscos son los protagonistas, con la vuelve a la vida de Veracruz y el aguachile de Sinaloa como grandes representantes.
Cada estado tiene una historia que contar a través de sus platillos, y conocerlos es una forma de viajar sin salir de casa.
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