Por Valeria Vázquez
El estudio madrileño Tequila Works, reconocido internacionalmente por juegos como Deadlight y Rime, ha caído en quiebra. Esta noticia ha sorprendido a la comunidad, aunque no es un caso aislado en la actual crisis que enfrenta la industria del videojuego. En medio de una transición de liderazgo, donde Térence Mosca asumió como director general y los fundadores Raúl Rubio y Luz Sancho dejaron sus puestos, el estudio perdió importantes proyectos en colaboración con Riot Games. Esta cancelación de dos proyectos fue el detonante para la difícil situación de Tequila Works, que ya había enfrentado despidos y cambios abruptos.
El cierre de Tequila es un golpe especialmente duro para la industria española, dado que la compañía produjo los videojuegos más vendidos en el país. Sin embargo, refleja una problemática general en el sector global, donde el desmantelamiento de estudios y despidos masivos afectan a otros gigantes como Microsoft, Sony y EA. La combinación de excesos de inversión post-pandemia y el reajuste de las condiciones del mercado ha resultado devastadora.